Campo de Batalla

¿Valentía? Escoger tu vida por sobre la mía, entender que cada lágrima no valía. Cualquier batalla está perdida cuando luchas contra ti mismo, cuando no hay con quien pelear porque eres el único en el ring, cuando intentas pegar cada golpe directo a la cara y en una curva parabólica se devuelve directo a tu corazón como si fuera el peor castigo.

¿Miedo? De reiniciar, de volverlo a intentar, de entender que cuando algo está muerto, ya no se puede resucitar. De creer que todo lo vivido fue un mundo onírico, que aquellos sentimientos que se creían tener no eran más que maletas que cargaban deseos de comernos el mundo entero sin pensar en el otro.

¿Amor? Quizás, para definirlo faltaría más que solo unos besos recorriendo terrenos desconocidos, apoyo tal vez, permanencia, decadencia y mucha adicción a la compañía mutua. Pero no lo suficiente para tomar la iniciativa y depender de lo demás, del aire, de lo que respiras.

¿Qué falta? Empatía, equidad, alegría y definitivamente un nuevo corazón, este ya está lo suficientemente pateado para volver a ponerse en pie y seguir en pelea. Ahora cada palabra tendrá más valor que la última vez, todo lo que digas puede ser usado en tu contra, de mi pecho no salen más que solo peros y una esperanza a que entres en mi mente y entiendas lo que quiero decir.

Tantos sentimientos, tantos dolores que solo lastiman y parten el alma en dos, pero también cabe resaltar aquellos amaneceres, pocos o muchos fueron llenos de placeres, ambos íbamos en picada pero felices, unidos uno al otro sin importar lo que pasara, ahora tú vuelas lejos y yo simplemente aquí me quedo, con lágrimas en mis ojos, con un pecho alborotado, con recuerdos desastrosos que buscan escapar entre gritos ahogados.

Cuando todo está oscuro es muy difícil ver el camino, si no tengo tus luces lo más probable es volver a estrellarme, volver a la antigua carretera que es muy transitada, con personajes desconocidos de tierras lejanas que a todas engañan, que prefieren recoger un pasajero caminante con la esperanza de avanzar hacia su destino; uno de conteo, en el que sobran esos sentimientos, en el que están las almas desnudas de miles de cadáveres que al igual que yo, ya han perdido la batalla.


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