Problemas tan simples y tan sencillos, tan básicos y sin sentido que no deberían ser llamados dilemas.
Creando enredos y dramas inexistentes cuando en el mundo se muere tanta gente. Llorando por desdichas que sin saberlo son pequeñas muestras de debilidad, historias que a veces parecen eternas y que en un vaso de agua nos hacen ahogar.
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