Splice

Si mi memoria no me falla esta película me dejó más que traumatizada. Primero porque la vi en una clase de ética en el colegio y segundo, porque siempre me pregunté cuál era el propósito de que niñas de 12 años la vieran. Sin embargo, aquí estoy unos años más tarde, dedicándole tiempo, letras y argumentos para convencerte de por qué debes ver Splice, por lo menos una vez en tu vida.

Básicamente, Splice muestra la línea delgada que el ser humano puede cruzar en el momento de hacer experimentos con animales, personas y el peligro de una ciencia y genética mal manejada. ¿Qué tan valioso es crear vida? Pero no desde la perspectiva de la maternidad, sino desde un enfoque de ¿Puedo ser Dios y crear una vida desde cero?

Categorizada como género de terror y ciencia ficción, Splice es una película franco canadiense de 2009 dirigida por Vincenzo Natali (El Cubo) y protagonizada por Adrien Brody y Sarah Polley. Ojo al dato: producida por Guillermo del Toro. Este dato es importante si has visto otras películas o series producidas/dirigidas por del Toro.

La historia nos muestra a una pareja de científicos que trabajan para una empresa farmacéutica y mantienen una relación sentimental. Ambos juegan con la genética el ADN (incluso humano) para fines de crear un ente o criatura nueva.

De este coctel de malas decisiones, surge Dren, un espécimen espectacular que al principio provoca ternura, curiosidad e incluso hace que el espectador sienta compasión de la criatura.

Poco a poco vamos conociendo que Dren tiene un sexo y que esto puede llegar a ser problemáticos en varios sentidos, entendiendo que no funciona como cualquier ser humano y que su proceso de crecimiento tampoco se ve ligado con la naturaleza humana.

Pero lo que nos plantea Splice además de ser un dilema ético, es que Dren no es el único problema, es todo lo que está sucediendo a su alrededor. La primera parte de la película nos introduce a una relación casi hipnótica de la belleza del personaje, para luego, mostrarnos una nueva cara de la moneda, en la que nada es lo que parece y que cada error puede ser mortal cuando se habla de ciencia.

Si lo pensamos bien, puede ser una muestra de la dualidad que existe en el género de muchas personas, claramente quitando la parte de la ciencia ficción. Pero sí destaca la importancia del cambio y lo que esto conlleva.

Es una película que sin duda te dejará sinsabores, te hará sentir incómodo/a y definitivamente te hace pensar en los límites que deben existir entre aquello que creamos y aquello que creemos.


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